Recipiente del viaje de la vida, el caldero original
Es un símbolo protector que nos da la bienvenida después del nacimiento. La cuna es lo opuesto al símbolo del barco, llevándonos al reino de los muertos; la cuna nos da la bienvenida al reino de la vida. Nos sitúa tras el paso, tras la transformación. A veces, como el relato del nacimiento de Moisés, el pasaje no termina ahí. Antes de nacer verdaderamente, debemos enfrentar nuevas pruebas.
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