satisfacer, satisfacer, recompensar
Contrariamente a la definición de desierto, el postre representa satisfacción. Suele ser una justa recompensa, un trabajo, un mérito o una relación amorosa, lograda tras un largo acercamiento o fantasía. Pero demasiados postres no son buenos, y su absorción a menudo nos frustra y nos atrapa en un antojo constante que nunca puede ser aliviado. Representan entonces lo que nos impide pensar, la tentación que nuestra mente crea para sí misma. Su visión incluso se volvió repugnante.
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